
Su aparición se remonta desde tiempos inmemoriables; incluso desde antes de la aparición de Cristo. Egipcios, babilónicos, persas, griegos y romanos utilizaban este utilensilio como se refleja en sus obras, tanto pictóricas como en la literatura. Algunos,
aparecidos en la civilización egipcia,
eran de gran tamaño, fijos, con plumas y de largos mangos. Su finalidad no sólo era dar aire, sino que se utilizaban, sobre todo...
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