
Cogió el teléfono y llamó a la centralita del 112. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personaron a los pocos minutos en el establecimiento de la calle de Severo Ochoa, en Pumarín.
Pero no para obligar a los camareros a que le sirviesen una consumición, sino para identificar al individuo, que se encontraba «en estado de embriaguez, causando molestias en el local», tal y como informaron desde la Comisaría.
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